Ceremonia del Sol – Carlos Páez Vilaró

“El mejor atardecer que he visto en mi vida ocurrió en Punta del Este” dijo un amigo Brasileño. Pensar que dicha persona es de Rio de Janeiro, una ciudad con unos de los atardeceres más hermosos que he visto en mi vida, me sorprendió tanto que decidí aprender más sobre este tema.

El sol es aparentemente un objeto de culto en Punta del Este. En dicha ciudad existe un museo dónde un artista escribió un poema al sol y construyó una casa/museo dónde todas las tardes se recita dicho poema.

Ver un video en Youtube dónde se muestra la ceremonia que ocurre todas las tardes en Punta del Este me ha motivado a incluir a Uruguay en mi lista de lugares que quisiera visitar en algún punto de mi vida. Si les interesa ver el video para darse una idea de lo hermoso que es este lugar, pueden hacer click aquí.

Asimismo, aquí les incluyo el poema que es recitado todas las tardes en este lugar y que fue escrito por Carlos Páez Vilaró.

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Ceremonia del Sol
Carlos Páez Vilaró

Hola Sol …! Otra vez sin anunciarte llegas a visitarnos. Otra vez en tu larga caminata desde el comienzo de la vida.

Hola Sol…! Con tu panza cargada de oro hirviendo para repartirlo generoso por villas y caseríos, capillas campesinas, valles, bosques, ríos o pueblitos olvidados.

Hola Sol…! Nadie ignora que perteneces a todos, pero que prefieres dar tu calor a los más necesitados, los que precisan de tu luz para iluminar sus casitas de chapa, los que reciben de tí la energía para afrontar el trabajo, los que piden a Dios que nunca les faltes, para enriquecer sus plantíos, y lograr sus cosechas. Es que vos, Sol, sos el pan dorado de la mesa de los pobres. Desde mis terrazas te veo llegar cada tarde como un aro de fuego rodando a través de los años, puntual, infaltable, animando mi filosofía desde el día que soñé con levantar Casapueblo y puse entre las rocas mi primer ladrillo.
Recuerdo que era un día inflamado de tormenta, el mar había sustituido el azul por un color grisáceo empavonado, en el horizonte un velero escorado afinaba el rumbo para saltear la tempestad, el cielo se llenaba de graznidos de cuervos en huida, la sierra se peinaba con la ventolera alborotando a la comadreja y al conejo.

Pero de golpe como un anuncio sobrenatural el cielo se perforó y apareciste vos. Eras un sol nítido y redondo, perfecto y delineado, puesto sobre el escenario de mi iniciación con la fuerza sagrada de un vitreaux de iglesia. Desde ese instante sentí que Dios habitaba en ti, que en tu fragua derretía la fe y que por medio de tus rayos la transmitía por todos los sitios donde transitabas. Los mismos brazos de oro que al desperezarte iluminan el cielo, al estirarse a los costados entibian las sierras, o apuntando hacia abajo laminan el mar.
Hola Sol…! Cómo me gustaría haber compartido tu largo trayecto regalando luz, porque a tu paso acariciaste la vida de mil pueblos, compartiste sus alegrías y tristezas, conociste la guerra y la paz, impulsaste la oración y el trabajo, acompañaste la libertad e hiciste menos dura la oscuridad de los presidios.

A tu paso sol, se adormecen los lagartos, despiertan los girasoles y los gallos cacarean. Se relamen los gatos vagabundos, los perros guitarrean, y el topo se encandila al salir de la cueva. A tu paso sol, hay sudor en la frente del obrero y en los cuerpos de las mujeres cobrizas que alcanzan el cántaro de la favela. Con tus latidos conmueves el mar, das música a la siembra, la usina y el mercado.
A tu paso corrieron en estampida búfalos y antílopes, desperezó el león, se asombró la jirafa, se deslizó la serpiente y voló la mariposa. A tu paso cantó la calandria, despegó el aguilucho, despertó el murciélago y emigró el albatros.

Hola Sol…! Gracias por volver a animar mi vida de artista. Porque hiciste menos sola mi soledad. Es que me he acostumbrado a tu compañía y si no te tengo, te busco por donde quiera que estés. Por eso te reencontré en la Polinesia, cuando te coronaron rey de los archipiélagos de nácar y los arrecifes dentellados de coral, o también en Africa, cuando dabas impulso a sus revoluciones libertarias y te reflejabas en el espejo de sus escudos tribales para inyectarles coraje. Te estoy mirando y veo que no has cambiado, que sos el mismo sol que reverenciaron los aztecas, el mismo de mi peregrinaje pintando por América, el que envolvió la Amazonia misteriosa y secreta, el que me alumbró los caminos al Machupichu sagrado del Perú, el de los valles patagónicos o los territorios del Sioux o del comanche. El mismo sol que me llevó a Borneo, Sumatra, Bali, las islas musicales o los quemantes arenales del Sahara.
A diferencia del relámpago que apenas proyecta en la noche latigazos de luz, desde tu reinado planetario, tus destellos continúan activos, permanentes.

Alguna vez la travesura de las nubes oculta tu esplendor, pero cuando ello ocurre, sabemos que estás ahí, jugando a las escondidas.

Otras veces, en cambio, te vemos sonreír cuando las golondrinas o las gaviotas te usan de papel para escribir las frases de su vuelo.

Gracias Sol, por invadir la intimidad de mi atardecer y zambullirte en mis aguas.
Ahora serás la luz de los peces y su secreto universo submarino. También de los fantasmas que habitan en el vientre de los barcos hundidos en trágicos naufragios.
Gracias Sol…! Por regalarnos esta ceremonia amarilla. Gracias por dejar mis paredes blancas impregnadas de tu fosforescencia.

Entre ventoleras y borrascas, cruzando ciclones y tempestades, lluvias o tornados, pudiste llegar hasta aquí para irte silenciosamente frente a nuestros ojos.
Porque tu misión es partir a iluminar otros sitios. Labradores, estibadores, pescadores te esperan en otras regiones donde la noche desaparecerá con tu llegada.
Y como respondiendo a un timbre mágico despertarás las ciudades, irás junto a los niños a la escuela, pondrás en vuelo la felicidad de los pájaros, llamarás a misa.

A tu llegada, se animará el andamio con sus obreros, cantarán los pregoneros en las ferias, la orilla del río se llenará de lavanderas y entrará la alegría por la banderola de los hospitales.
Chau Sol…! Cuando en un instante te vayas del todo, morirá la tarde. La nostalgia se apoderará de mí y la oscuridad entrará en Casapueblo. La oscuridad, con su apetito insaciable penetrando por debajo de mis puertas, a través de las ventanas o por cuanta rendija encuentre para filtrarse en mi atelier, abriéndole cancha a las mariposas nocturnas.

Chau Sol…! Te quiero mucho…

Cuando era niño quería alcanzarte con mi barrilete. Ahora que soy viejo, sólo me resigno a saludarte mientras la tarde bosteza por tu boca de mimbre.
Chau Sol…! Gracias por provocarnos una lágrima, al pensar que iluminaste también la vida de nuestros abuelos, de nuestros padres y la de todos los seres queridos que ya no están junto a nosotros, pero que te siguen disfrutando desde otra altura.

Adiós Sol…! Mañana te espero otra vez. Casapueblo es tu casa, por eso todos la llaman la casa del sol. El sol de mi vida de artista. El sol de mi soledad. Es que me siento millonario en soles, que guardo en la alcancía del horizonte.

24 comentarios en “Ceremonia del Sol – Carlos Páez Vilaró”

  1. Estuvimos varias veces en Casapueblo, hemos disfrutado junto a mi esposa este ritual al atardecer escuchando el poema. Este 2010 tuvimos la fortuna de conocer al maestro Páez Vilaró, quien en un momento salió de su taller a saludar a los visitantes. Lugar mágico en el lado oeste de Punta Ballena.

  2. muy lindo el poema . exelente!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

  3. SOY CHILENO, Y JUNTO A MI FAMILIA MI ESPOSA Y MIS DOS HIJAS,, TUVIMOS EL PLACER DE VIAJAR DE VACACIONES A PUNTA DEL ESTE,, LUGAR PRECIOSO LLENO DE SITIOS ENCANTADORES, NOS CONMOVIO SUS BELLEZAS ARQUITECTONICAS, SUS PARAJES, SU HISTORIA DESDE SU INICIO, COMO NO ESTAR EN CASA PUEBLO, UN LUGAR DE ENSUEÑO, SU ENTORNO SU INTERIOR, LAS PINTURAS Y OTRAS OBRAS DE SU CREADOR,CARLOS PAEZ VILARO, GRAN PERSONAJE, ADEMAS DE SER YO UN SEGUIDOR DE TODA LA VIDA, DE LA TRAGEDIA VIVIDA POR SU HIJO EN EL ACCIDENTE AEREO OCURRIDO EN LA CORDILLERA DE LOS ANDES EL AÑO 1972, POR ESO PARA EL Y SU FAMILIA UN ABRAZO FRATERNO DE UN CHILENO, QUE LOS RECORDARA SIEMPRE.

  4. sou brasileiro, sou americano do sul, somos um povo, somos declaradamente agraciados pela beleza de um homen que nos proporciona a grande de olhar e sentir a magica vontade de estar na Casa do Povo varios otras vezes. Muito obrigado Carlos.

    felicio de vita.

  5. tanta belleza de un atardecer en punta ballena fue acompañada por este poema en nuestra visita. las emociones del momento son indescriptibles . un momento como ese te hace buscar a tu alrededor a tu familia,amigos y conocidos para compartirlo abrazado y en silencio. INOLVIDABLE. GRACIAS SOL.-

  6. estuve en casa pueblo hace un mes, y vi junto con mi novia a la ceremonia del atardecer. Fue increible y espectacular. Quedamos los dos sin hacer versini a manetta porque el poema es maravilloso. Y nos demos baccinis mientras viendo el sol bajar y el cielo colorarse de naranja con colores espectaculares… :-)

  7. Sin dudas un artista exquisito, Saludo al maestro,al artista al hombre con sensibilidad ,con su sencillez de grande.Le agradezco su poema al sol,me emociona . Nos dejo fisicamente pero vivira por siempre en su magnifica obra.Amen.

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