Esta frase la escuché no en una clase de liderazgo sino en una clase de finanzas. Mientras el maestro explicaba la frontera eficiente de inversiones y el modelo de valuación de activos de capital (CAPM), el punto que más se me quedó grabado fue…
“Aunque suene paradójico, tener un portafolio de inversión 100% invertido en bonos del tesoro (que teóricamente tienen el menor riesgo), es más riesgoso que tener un portafolio de acciones y bonos. Esto es explicado por la covarianza”
Aunque este concepto ya me era familiar dado las clases de estadística y economía, no sé por qué me puse a pensar en la premisa de que no tomar riesgos es tomar riesgos.
Intenté encontrarle aplicaciones a esta idea y aunque no se me ocurrió nada brillante, creo que es interesante poner esta teoría en perspectiva…
¿Cuál sería nuestro costo/beneficio de tomar riesgos y hacer cosas nuevas al menos 1 vez cada 3 semanas? ¿El costo de viajar y conocer nuevas personas? ¿El riesgo de salir de nuestra ciudad y vivir nuevas experiencias?
Para las empresas ya establecidas, ¿Cuál es el costo/beneficio de tomar riesgos? Una empresa de bienes de consumo… ¿Podría tomar riesgos sistemáticos al lanzar pilotos de productos? ¿Cuánto ganaría?
No sé la respuesta. No obstante creo que es interesante pensar en esta idea.