
No sé hasta que grado hay que creer en la suerte. Una parte de mi ser me dice que nosotros somos los arquitectos de nuestro destino y que nuestro pasado puede predecir nuestro futuro. Desgraciadamente otra parte me dice que es difícil ignorar el papel que en ocasiones puede jugar la suerte en nuestras vidas.
La suerte, el destino y la fortuna son temas que siempre han capturado la atención de los seres humanos. Maquiavelo decía que el destino de un hombre era determinado tanto por su voluntad cómo por su buena fortuna.
Aunque la fortuna favorece al fuerte, no siempre se tiene la garantía de esta diosa que es ciega al igual que la justicia.
Varios siglos después, Malcom Gladwell nos dice lo mismo en su libro “Outliers”. Gladwell afirma que si bien es cierto que para ser exitoso se requieren 10,000 horas de práctica, también se necesita estar rodeado de un conjunto de circunstancias favorables. En pocas palabras, hay que tener algo de suerte.
Decidí leer un poco en Wikipedia sobre este tema y descubrí que la rueda de la fortuna (el juego mecánico que comúnmente encontramos en las ferias y parques de diversiones) tiene sus orígenes en la edad media y su nombre hace alusión al tema del que estoy escribiendo.
Según la mitología (no me pregunten cual), la rueda pertenece a la diosa Fortuna, quién la gira de manera aleatoria y por ende cambia las posiciones relativas de los seres humanos quienes pueden terminar en 4 lugares diferentes:
- Ascendiendo: Regnabo (Voy a reinar)
- Posición superior: Regno (Soy rey)
- Descendiendo: Regnavi (He reinado)
- La parte inferior: Sum sine regno (No tengo reino)
La diosa fortuna (quien siempre es mujer sin importar la mitología) jugaba con la rueda y cambiaba las posiciones de los seres humanos constantemente tal y cómo lo dice el poema «O Fortuna» de la colección Carmina Burana…
“O Fortuna, velut Luna, statu variabilis, semper crescis aut decrescis; vita detestabilis, nunc obdurat, et tunc curat, ludo mentis aciem; egestatem, potestatem, dissolvit ut glaciem.”
En esta época del año en la que las universidades anuncian sus resultados, me pregunto… ¿habrá que creer en el Destino?
Marco, hace tiempo que te recomendé un película Argentina que se llama: «La Suerte está Echada», no recuerdo si la viste, si no házlo! Habla justo sobre esto y me gustaría escuchar tus impresiones.
Te estas poniendo algo tarde al corriente del blog, vdd? todav[ia no la veo pero voy a intentar verla.