Desde hace varios días que quiero escribir sobre el Principio de Pareto. Dicho principio afirma que 20% de un fenómeno es explicado por 20% de las causas. Si queremos traducir este principio a nuestra vida diaria, bien podemos decir que 20% de nuestro esfuerzo nos va a traer 80% de los resultados.
La regla del 80/20 es muy común en el mundo de la consultoría. Los consultores por lo general utilizan el principio de Pareto todos los días ya que una de las partes más importantes de su trabajo es identificar la cantidad mínima de evidencia que es suficiente para probar o refutar una hipótesis.
Algo extraño de esta regla es que a pesar de ser conocida por muchas personas, pocos individuos la utilizan en su vida diaria. De hecho, ver la cantidad de personas que se esfuerzan y no son recompensadas por su esfuerzo me hace pensar que es importante escribir sobre la importancia de utilizar el principio de Pareto.
Sé que es difícil asimilar y creer en esta teoría. No obstante, mis amigos y mi familia son testigos de que la mayor parte de mi vida la he vivido siguiendo esta filosofía. De hecho, recuerdo que cuando estaba en la primaria, mi madre se enojaba porque siempre obtenía buenas calificaciones más no lo suficientemente buenas para ser el primer lugar de mi clase.
Todos los meses tras la reunión de padres de familia, era común escuchar a mi madre decir… “No estudias y sacas buenas calificaciones… ¿Por qué no estudias al menos 1 hora y sacas el primer lugar de tu generación?”
Lo que mi madre no entendía, es que para obtener una calificación de 95 (en una escala del 0 al 100) solamente era necesario estudiar un par de horas. No obstante, para subir esa calificación de 95 a 100, era necesario estudiar 10 horas.
Obtener buenos resultados es sencillo. Obtener la perfección es difícil.
El principio de Pareto se aplica a una infinidad de contextos…
- 20% de los clientes de una empresa generan 80% de los ingresos de la misma.
- 20% de los pacientes de un hospital consumen 80% de los recursos del mismo.
- 20% de los procesos generan 80% de las fallas.
- 20% de los criminales generan 80% de los crímenes.
No obstante, más que demostrar la universalidad de este principio, quiero hacer énfasis en cómo utilizar esta idea para mejorar nuestra vida.
Admito que no soy un experto en este tema. Mi antigua empresa me dio un libro que habla sobre esta regla y afortunadamente/desafortunadamente no lo leí ya que el mensaje principal del mismo se encontraba en la portada.
Independientemente de si hay un método formal de usar la regla del 80/20 en nuestra vida, lo que sí puedo decir es que el primer paso consiste en detenernos a pensar por unos instantes y preguntarnos cuál es nuestro objetivo.
Sé que puede parecer demasiado sencillo el responder esta pregunta pero la verdad este no es el caso. Un estudiante, para dar un ejemplo, puede tener el objetivo de aprender o el objetivo de obtener buenas calificaciones. Aunque ambos objetivos están altamente correlacionados, si se quiere aplicar de manera eficiente la regla del 80/20, es importante tener en mente que se pueden obtener buenas calificaciones sin aprender nada en el proceso (y viceversa).
Aquellos que trabajan en empresas y organizaciones. ¿El objetivo es ser promovidos o generar valor a la empresa? ¿Tener un trabajo más interesante o aumentar nuestro salario?
Una vez que se determina nuestro objetivo, solamente es necesario el analizar la forma en la cual invertimos nuestro tiempo. Volviendo al ejemplo del estudiante… Para obtener buenas calificaciones se pueden invertir nuestras horas en leer el material de clases, poner atención al maestro, hacer las tareas y participar en el salón. No obstante, cada actividad implica distintos niveles de esfuerzo y tiene distintos niveles de recompensa. El secreto consiste en analizar cada una de estas actividades e invertir nuestro 20% en aquellas que realmente valen la pena.
Sé que algunos podrán argumentar que el principio del 80/20 conduce a la mediocridad ya que el mundo solamente recompensa a aquellos que logran la perfección. Si bien este es el caso para muchas ocupaciones, también hay que recordar que si solamente invertimos 20% de nuestro tiempo, tenemos 80% que podemos aplicar en otras actividades. Si este tiempo restante se utiliza de la misma manera que se utilizó el primer 20%, entonces se podría lograr en un día lo que una persona normal le tomaría cinco.
El punto que hay que recordar es que nuestro tiempo es oro y hay que utilizarlo en la manera que nos brinde un mayor beneficio.