
Cada que regreso a Saltillo me siento cómo un turista que explora un lugar desconocido. Podré conocer las calles de esta ciudad en la que viví mi infancia y adolescencia. No obstante, el haber vivido por casi 10 años fuera de mi tierra me hace sentirme cómo un turista que no pertenece sino visita.
Viajar tiene muchas ventajas. Viajar me ha ayudado a conocerme mejor cómo persona y a entender más mi cultura. Viajar desgraciadamente también ha tenido un costo ya que me ha hecho tener un menor sentido de pertenencia.
No sé dónde viviré en 5 o 10 años pero sé que es altamente probable que viva en una ciudad en la que no he vivido antes. Siempre he llamado “hogar” al lugar en el que vivo 3 meses sin importar si es un país distante o una ciudad a escasos 80 kilómetros de la casa de mis padres.
Cada cambio de hogar tiene un costo emocional ya que a pesar de que adquirimos nuevas vivencias también dejamos otras como huellas.
Hace 1 semana platicaba con un amigo que ha vivido en Estados Unidos, México y Korea. Cuándo sus amigos le preguntan sobre la aventura que fue Korea, mi amigo responde que la verdadera aventura es vivir actualmente en México.
¡La ciudad de México una aventura mayor que el haber vivido con un monje budista en Korea!
Cada quién vive sus viajes de una manera diferente. En mi experiencia, yo he experimentado al menos cuatro etapas como consecuencia de haber vivido en distintos lugares…
1. Asombro y atención a las diferencias
La primera vez que abandonamos nuestro país nos asombramos y observamos las diferencias. Si somos de un país en desarrollo y vamos a uno “desarrollado” vemos lo positivo y las cosas que no tenemos. Observamos las calles, personas y construcciones queriendo entender las diferencias. Admiramos la cultura ajena y añoramos el tener un país cómo el que no es nuestro.
E.g. «¿Por qué no tenemos calles tan limpias cómo las de Edmonton?»
2. Autoconocimiento y respeto a lo nuestro
La segunda etapa es ciertamente distinta. Conforme más viajamos y más creamos marcos de referencia más nos percatamos de nuestras diferencias. Lo que era diferente en un país resulta ser común en todos los países menos en el nuestro. Entendemos lo que nos hace Mexicanos y lo presumimos ante otras culturas. El día de muertos, el picante y Vicente Fernández son temas que admiramos y abrazamos ya que nos hacen diferentes al resto. París tendrá el Louvre pero nosotros tenemos pirámides. Alemania tendrá eficiencia pero nosotros tenemos ingenio. No sé de psicología pero diría que el Síndrome de Ulises, si es que sucede, creería que ocurre en esta etapa.
3. Similitudes y entendimiento
Llega un punto dónde cansados de buscar las diferencias buscamos las similitudes que tenemos. Aceptamos que todos somos seres humanos, iguales y con los mismos sentimientos. Los holandeses NO son liberales, los españoles NO son fiesteros y los individuos de la India NO son genios. Todos somos seres humanos que simplemente reaccionamos a los incentivos locales que dictan nuestro comportamiento.
¡A pesar de que eres de Bangladesh vimos las mismas caricaturas en nuestra infancia!
¡Eres de Bélgica pero entiendes Brasil mejor que yo que soy Mexicano!
¡Esta ciudad no se si es de Colombia o México!
La nacionalidad y el lugar en el que nos encontramos no importan. Nuestras acciones son guiadas por las reglas del lugar en el que vivimos y la otra persona no es diferente por su cultura sino por las ideas de su cabeza.
4. Pertenencia y duda
No sé cual sea mi siguiente etapa. En este momento me doy cuenta de mi falta de sentido de pertenencia. Soy mexicano porque el azar quiso que así fuera. Una visa es un documento con poco sentido en el gran esquema de las cosas y el siguiente paso es desconocido para mi en este momento. Quizás todos tenemos un sesgo natural a regresar a nuestra casa. Otros dirán que una vez que se viaja ya no hay vuelta atrás y nuestro hogar es nuestra persona. ¿Será verdad todo esto?
No lo sé. Pero si algún día encuentro la respuesta. Escribiré sobre la misma en una entrada.
M.
[…] nos lleva a apreciar lo que tenemos en mayor proporción. Posteriormente empezamos a desarrollar marcos de referencia, lo que es normal en nuestro país es peculiar para los demás. Así comienza el proceso de […]
ha quie no dice nada bien
ooooooooooooooooooooooooooooole a la ****** las nuevas culturas
[…] de conseguir nuevas experiencias, las que puedan ser consideradas estimulantes, como lo puede ser visitar países interesantes o la exploración de un estilo de vida […]