Estaba revisando el itinerario para mi viaje a México por Internet y me acordé de Sarah, una chava que ahora vive en San Francisco pero que antes de eso vivía con Kate. Sarah estaba pidiendo una pizza por Internet y por alguna razón el servidor de Dominos Pizza no estaba funcionando. Después de conectar y desconectar el router e intentar accesar a la página de Dominos Pizza de diversas maneras, se le ocurrió una solución para su problema.
Hablar por teléfono a la tienda.
Pareciera broma que el simple hecho de pedir una pizza, lo cuál era una actividad que se hacía primordialmente por teléfono, ya es una actividad que también hacemos por Internet sin pensarlo. Pedimos una pizza y vemos en la computadora que John tomó la orden a las 3:18, que Abishek puso la pizza en el horno a las 3:23pm y que Mike la subió a su carro a las 3:34pm.
Cuando tenía 15 años, nunca me imaginé que iba a depender tanto de la tecnología. Me pongo a pensar y al día de hoy uso el Internet para hacer reservaciones en un restaurante, comprar comida, pagar mi recibo de luz, mi celular, comprar flores y pagar multas. ¿Tendrá razón mi mamá cuando dice que dependo mucho del Internet?
Alguien escribió en una ocasión…
“Once a technical innovation has been introduced, people usually become dependent on it, unless it is replaced by some still more advanced innovation. Not only do people become dependent as individuals on a new item of technology, but, even more, the system as a whole becomes dependent on it”.
Esta persona no terminó ahí, ya que también pronosticó el momento en el que las maquinas dominarían al ser humano.
“If the machines are permitted to make all their own decisions, we can’t make any conjectures as to the results, because it is impossible to guess how such machines might behave. We only point out that the fate of the human race would be at the mercy of the machines. It might be argued that the human race would never be foolish enough to hand over all the power to the machines. But we are suggesting neither that the human race would voluntarily turn power over to the machines nor that the machines would willfully seize power. What we do suggest is that the human race might easily permit itself to drift into a position of such dependence on the machines that it would have no practical choice but to accept all of the machines decisions. As society and the problems that face it become more and more complex and machines become more and more intelligent, people will let machines make more of their decision for them, simply because machine-made decisions will bring better result than man-made ones. Eventually a stage may be reached at which the decisions necessary to keep the system running will be so complex that human beings will be incapable of making them intelligently. At that stage the machines will be in effective control. People won’t be able to just turn the machines off, because they will be so dependent on them that turning them off would amount to suicide”.
¿Suena lógico? ¿Se parece a la realidad? En caso afirmativo hay que pensarlo dos veces ya que estas palabras provienen del famoso Unabomber; un terrorista de Estados Unidos que entre 1978 y 1995 mandó 16 bombas a universidades y aeropuertos. El Unabomber (Theodore Kaczynski) al parecer era un matemático de Harvard (con doctorado de la Universidad de Michigan) que publicó un manifiesto que contiene todas estas ideas. Si les interesa ver el manifiesto completo, pueden hacer click aquí. Si quieren ver la historia del caso pueden hacer click aquí.