Leer este libro me hizo recordar el libro de los Detectives Salvajes. No obstante, a diferencia del libro de Roberto Bolaño, esta novela es mucho más fácil de leer y se puede terminar en un día. Si tienen tiempo disponible y están interesados en una historia de misterio (que se desarrolla en Barcelona), les recomiendo este libro.
Dentro de los personajes del esta novela, hay uno que me gustó mucho por sus frases. Fermín Romero de Torres, un vagabundo que termina teniendo una amistad con el protagonista. A continuación les comparto algunas frases de este personaje para que se den una idea de su personalidad…
Lo que ocurre es que el hombre, volviendo a Freud y valga la metáfora, se calienta como una bombilla: al rojo en un tris, y frio otra vez en un soplo. La hembra sin embargo, y esto es ciencia pura, se calienta como una plancha, ¿Entiende usted? Poco a poco, a fuego lento, como la buena espuela. Pero eso sí, cuando ha cogido calor, aquello no hay quien lo pare. Como los altos hornos de Vizcaya.
¿Qué quiere? Algún precio tenía que tener el poder mear de pie (refiriéndose a que el hombre es responsable de tomar la iniciativa con una dama)
Lo dejo a su elección. El número de estocadas o las vueltas al ruedo. (Cuando Fermín le pregunta al protagonista que ocurrió cuando visitó a su enamorada)
Esta novela tuvo un éxito bárbaro en España y en toda Europa. Un alto cargo de la Comisión Europea dijo que dejó de dormir una noche para acabarse el libro; no podía dejarlo. A mí no me entusiasmó, si soy sincera, pero soy una rara avis. Por cierto, el autor se hizo millonario y vive en Los Ángeles; sólo viene a España a promocionar sus nuevas novelas y nunca concede entrevistas.