Con casi 6.7 mil millones de seres humanos en este planeta, dudo que realmente seamos tan únicos y especiales como en ocasiones creemos serlo.
El 1% de la población representa 67 millones de personas. Si perteneciéramos a un club selecto que contiene a tan sólo el 0.01% de la población mundial, aún así tendríamos a más de medio millón de individuos con nosotros.
No escribo estas líneas queriendo ser pesimista. Muy al contrario creo que el entender el tamaño de nuestra raza nos ayuda a tener un nuevo enfoque ante la vida.
Sin importar lo particulares que sean nuestros intereses, siempre va a haber alguien que tenga nuestros gustos. No importa que estemos sufriendo una calamidad que solamente unos cuantos sufren, es muy probable que otras personas estén sufriendo lo mismo que nos abruma.
Enfermedades, intereses, sueños. Siempre habrá un ser humano que nos entienda. No importa lo particulares que sean nuestras preguntas, es probable que alguien más las tenga y si tenemos suerte, es probable que ya tengan respuesta.
Una vez leí o escuché una frase que decía…
“No soy un outlier. Lo que sucede es que todavía no encuentro mi distribución”
Independientemente del humor que se utiliza, estoy 100% de acuerdo con esta idea. El que seamos una anomalía en nuestro entorno, no significa que lo seamos en el gran esquema de la vida.
El secreto consiste en encontrar el lugar y el grupo de individuos que son similares a nosotros. Juntarnos con estos individuos nos ayuda a liberar el potencial que poseemos.
Un soñador que quiera cambiar el mundo necesita de otras personas que tengan su sueño. Un futbolista que quiera mejorar su nivel de juego, debe rodearse con personas que tengan calidad futbolística. En la mayoría de las profesiones, el rodearnos de gente capaz nos ayuda a mejorar nuestro desempeño.
Hace unos días escribí “el que entre lobos anda a aullar se enseña” y fui criticado por varios amigos que creen que a nivel individuo tenemos más control del que afirmo.
No sé si tengan razón o no mis amigos. Lo que si sé, es que no nos daña el asimilar el concepto de comunidad y combinarlo con el de individualismo.
Nadie es una anomalía. De hecho, no existen personas normales ¿Qué es la normalidad, por otra parte?