Ya van varios artículos en los cuales veo cómo los autores se alegran de que finalmente el año 2009 haya terminado. Crisis económica, fraudes cómo el de Madoff, influenza, guerra e inseguridad. Definitivamente el 2009 no fue un buen año para miles o millones de personas en este mundo.
La pobreza en México aumentó de ~40 a ~50 millones en tan solo 1 año. Los asesinatos se incrementaron no sé en que porcentaje y el 2009 representó el fin de una década pérdida en cuánto a inversiones en la bolsa de valores. Aunque la lista de cosas negativas podría continuar, creo que lo que realmente debemos admirar es el que las personas vean con ojos optimistas el año que va a comenzar.
¿Por qué somos optimistas?
No lo sé.
No he visto ningún cambio en los indicadores macroeconómicos que sugiera que la economía va a mejorar. Nuestros gobiernos no han implementado políticas que vayan a cambiar el status quo y definitivamente no creo que la guerra contra el narco se vaya a ganar el siguiente año.
Independientemente de lo que la lógica nos pueda sugerir, es interesante que lo único que nos hace ver con buenos ojos el siguiente año es la esperanza que traemos dentro de nosotros. La esperanza de que si este año tomé pocas fotografías, escribí poco en mi diario, no hice ejercicio o tuve pocas vivencias, el siguiente año va a ser un mejor año en todos los sentidos.
La esperanza es un sentimiento que quizás solamente existe cuándo la racionalidad no nos permite creer en otra cosa.
En estos momentos me viene a la mente el estudio de “racionalizando preferencias cuestionables” (del cual escribí aquí), cuya conclusión dice que a pesar de que el ser humano no sea consciente de los errores sistemáticos que ocurren en su cabeza, muchas veces estos “errores” son los que traen consigo la felicidad.
Quizás las cosas no están bien, pero el optimismo nos hace pensar que lo van a estar. Quizás hay mucho que debemos cambiar. No obstante, tenemos fe en que estos cambios llegarán.
Viendo el año que está por comenzar, creo que irracionalmente yo también quiero creer en el sueño de que el año que sigue será un año lleno de logros, triunfos y experiencias por vivir.
Ahora que lo pienso, estas palabras me recuerdan en cierta medida un poema de Gustavo Adolfo Bécquer titulado… “Rima IV – Siempre Habrá Poesía”. A continuación les pongo unos fragmentos. Si quieren ver el poema completo, pueden hacer click aquí.
Mientras la ciencia a descubrir no alcance
Las fuentes de la vida,
Y en el mar o en el cielo haya un abismo
Que al cálculo resista;Mientras la humanidad siempre avanzando
No sepa a dónde camina;
Mientras haya un misterio para el hombre,
¡Habrá poesía!Mientras sintamos que se alegra el alma
Sin que los labios rían;
Mientras se llora sin que el llanto acuda
A nublar la pupila;Mientras el corazón y la cabeza
Batallando prosigan;
Mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡Habrá poesía!Mientras haya unos ojos que reflejen
Los ojos que los miran;
Mientras responda el labio suspirando
Al labio que suspira;Mientras sentirse puedan en un beso
Dos almas confundidas;
Mientras exista una mujer hermosa,
¡Habrá poesía!
[…] que lean la de “Habrá Poesía” que fue escrita por el mismo autor. Dicha rima aparece en esta entrada de hace 1 o 2 meses. Rima LVI Gustavo Adolfo […]