No quisiera escribir tan seguido sobre el narcotráfico. Ya van dos veces que escribo sobre este tema en lo que va de la semana. Más que surrealista esto es una pesadilla.
¿Cómo es posible que hayamos llegado a caer tan bajo?
Me llega el correo electrónico de una amiga quién ha cancelado su fiesta para evitar poner en riesgo a sus amigos. Leo que mi hermana estuvo a dos cuadras de la balacera que ocurrió hace un par de días. Escucho que estudiantes de mi universidad fueron encerrados en la biblioteca y leo el día de hoy que dos estudiantes con beca de excelencia fueron asesinados.
Recuerdo perfectamente mis días de estudiante y nunca tuve temor de ser asesinado. Podía caminar tranquilamente sin importar la hora e incluso creía que el área de mi universidad era una burbuja dónde el mayor crimen eran los altos precios de los departamentos. Podía regresar de la biblioteca por las noches y tomar un taxi sin temor a ser secuestrado. Manejaba y no esperaba que las calles estuvieran bloqueadas. Sobra decir que nunca vi a un soldado.
¿Qué nos pasó?
Espero que sea verdad aquella frase que dice que el momento más obscuro del día es justo antes del amanecer.
Me quedo con tu última frase. Méjico amanecerá. Seguro que sí. Saludos.
Esperemos que si.
Saludos
Lamentable, aterra saber que por el lugar de los asesinatos pasamos cientos de veces, al igual que ellos.