Normalmente no compro novelas que no me haya recomendado antes un amigo ya que me es muy difícil el escoger entre la infinidad de opciones disponibles.
No obstante, un libro que fue la excepción de esta regla fue el libro de Martin Page “How I became stupid” el cual lo encontré en la librería y me llamó la atención desde el primer párrafo que dice…
Antoine had always felt he was living in dog years. When he was seven he felt about as playful as a man of forty-nine; by eleven he was as disillusioned as an old man of seventy-seven. Now, age twenty-five, Antoine was hoping to start taking it easy, and he resolved to shroud his brain in stupidity. He had already realized that intelligence was just the word people used for stupid remarks that were well presented and prettily pronounced, and that intelligence itself was so corrupt, there was often more to be gained from being dumb than from being a sworn intellectual. Intelligence makes you unhappy, lonely, and poor, whereas disguising it offers the possibility of immortality in newsprint and the admiration of those who believe what they read.
El libro cómo se imaginarán es una sátira que nos demuestra la odisea del autor por volverse estúpido y por ende ser feliz. De ser un individuo que cuestiona todas sus decisiones y analiza hasta los temas más sencillos, el protagonista decide tirar sus libros y volverse aficionado a los deportes, grupos musicales y al televisor. De ser un intelectual sin dinero, el protagonista decide trabajar en la bolsa de valores (donde aparentemente trabaja gente inculta según el autor), y cambiar su vida con el afán de ser feliz.
Este libro entra en la categoría de bueno, bonito y barato ya que por ser un clásico, este libro seguramente lo van a encontrar a un bajo precio. Asimismo, se puede leer en una tarde ya que es relativamente corto. Si llegan a verlo en una tienda, vale la pena comprarlo.
Confusión. Me pregunto si se volvió estúpido al llegar al punto de analizar obsesivamente cada decisión o detalle, o si realmente fue cuando decidió ser un aficionado a aquellas «vanalidades». Lo que escribes me hace creer que se refería a la segunda opción, sin embargo, no estoy segura de que haya tenido que ser así. Supongo que algo deja de ser estúpido cuando eres feliz con ello. Se vale.
Sabía que por algo no había dormido bien ayer…y antes de que ocurra algo más…es BANALIDADES!!!!!…y aunque no fuese así…un asunto puede ser banal, trivial pero nunca vanal!!! ahora sí =)
Respecto al primer comentario…
Es la segunda opción. El protagonista nunca se vuelve aficionado a las vanalidades. De hecho es chistoso porque dentro de si el protagonista siempre odia estas vanalidades pero su calidad de vida mejora drásticamente por fingir que le gustan.
Por ejemplo, el autor invierte su dinero de manera totalmente aleatoria (i.e. de forma estupida) pero por suerte se vuelve millonario (al igual que mucha gente de Wall Street según el libro de «Fooled by Randomness»). Asimismo, el protagonista hace un análisis en el que concluye que si tiene mucho dinero, es jóven y soltero debe comprarse un Ferrari porque eso hace la gente estupida. Entonces se compra un Ferrari (que nunca llega a manejar) y por ende acaba siendo socialmente aceptado.
El libro es más que nada una comedia porque muestra muchas situaciones de este estilo.