«Dime algo y lo olvidaré…
Muéstrame y recordaré…
Déjame hacerlo y aprenderé.»
No sé quién es el autor de esta frase. Sin embargo, esto no importa ya que lo que importa es el mensaje que la misma encierra. Para aprender hay que experimentar. Las ideas no se generan en una sala de juntas y el aprendizaje no sucede en un salón de clases.
Por tal motivo, estoy realmente feliz de que a partir del próximo periodo académico voy a poder crear mis propios cursos y materias. Una de las ventajas de Tuck es que cualquier alumno puede hacer un proyecto de investigación o brindar servicios de consultoría a una empresa y recibir créditos que son revalidados por materias. La escuela provee infraestructura y maestros que actuan como asesores y el alumno puede de esta forma el perseguir sus pasiones e intereses.
Aunque obviamente voy a tomar algunas de las materias de mis maestros, no voy a desaprovechar la oportunidad de aprender por mi cuenta. Por tal motivo el siguiente trimestre estaré haciendo dos proyectos de este estilo. El primero es un estudio sobre micro-ahorros que un grupo de compañeros y yo vamos a hacer para Shakti foundation, una micro financiera en Bangladesh y el segundo es un estudio sobre comercio electrónico en B2B. Este último será parte de un trabajo de consultoría que vamos a hacer para una empresa en Suiza.
Espero escribir algún día sobre estos dos proyectos y antes de que un portal se robe el contenido de este blog debo aclarar que esta entrada fue originalmente publicada en surrealistaracional.com
El sistema educativo norteamericano, al menos en lo que a la universidad respecta, es magnífico. En España, sólo hay teoría y muy poca práctica; aunque en las privadas sí que se da ese tipo de entrenamiento. Eres muy afortunado por poder disfrutar de una educación semejante.
Saludos.